Gracias a Dios soy una persona igual a las demás, con ilusiones, sueños, anhelos y grandes deseos de hacer lo correcto quizá por eso el mismo Dios puso en mi camino la profesión más bella del mundo que es la de ser docente y gracias a ella he permanecido durante más de 15 años al lado de los ángeles del cielo en la tierra que son los niños.
Para mi ha sido una gran alegría formar parte de la vida de muchos angelitos a los que he ayudado a salir adelante y he apoyado cuando ha sido necesario.
También soy una orgullosa madre del mejor hijo del mundo en quien día a día veo los regalos de Dios y la guía de los angelitos. Es mi hijo mi razón de ser y quien me ha dado las mayores alegrías entre ellas una hermosa nieta llamada Isabella que con su sonrisa, con su mirada y con su primeros pasos en esta vida ha llenado de alegría e ilusión nuestro hogar.
No me canso de darle gracias a Dios por las cosas maravillosas que ha hecho llegar a mi vida, por las experiencias y las anécdotas que me han hecho madurar y ver mi misión en este mundo.
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